22 agosto, 2011

Constancia de Dios

No desistas, Señor, sigue insistiendo

en venir a nosotros, en hacerte

vecino del dolor y de la lágrima.

Ven más cada mañana, nunca dejes

de acercarte.


Sucede

que la arcilla es así,

que está rajada

de añoranza y de amor

y nuestro cántaro

se nos queda sin sol, se cuela el agua

hacia Ti.


Sigue empeñado,

a pesar de nosotros y la aurora,

viniendo a nuestra sed.

Llegará un día

en que todo estará

como Tú quieras.






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