nada más que tu huella, la añoranza
en su piel rozada apenas
por tu paso un instante, la ternura
de tus manos...
Yo te busco, te sigo,
nunca llego a tenerte, estoy muy lejos,
Señor. Van mis caminos
hacia Ti cada día.
Me equivoco
muchísimo. Tardes hay en que creo
que me coges las manos y de pronto
son las cosas, tu huella, las que beso
como si fueras Tú.
Quizá no acierte
aún en mucho tiempo, pero sigo
sabiendo que el amor es todo tuyo.
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