HACIA DONDE VOY Y A QUE?


“Qué mal se ve un hombre que se cree poseedor de la verdad total y se siente al mismo tiempo el único que puede ser árbitro y juez del destino de las naciones y del mundo. Suba nuestra oración por la paz de nuestro mundo y de todos los que habitamos este planeta tierra.”



La clave para entender al Dios de los pobres no es sólo que Jesús nació pobre, que vivió pobre y que murió desnudo en la cruz, sino que hizo todo esto como mensaje de amor a los pobres, mensaje a todos nosotros ante la pobreza del mundo, o mejor dicho, ante los empobrecidos del mundo para que éstos puedan llegar a ser dignificados y valorados a través de nuestro compromiso.
Jesús se da cuenta de que en el mundo existen dos parámetros en los que encajan las personas: el del rico Epulón -una minoría en el mundo hoy- y el del pobre Lázaro en el que los pobres se agrupan por legiones.

El Epulón acumulador y malgastador que omite la ayuda, que no se preocupa de la dignificación del pobre y sólo le deja que coma de las migajas que caen de su mesa, y el pobre Lázaro excluido y al que sólo los perros se compadecen de él y les lamen sus llagas… Y Jesús se pone al lado de Lázaro a quien lleva al seno de Abraham. Sin duda que Dios también se pone hoy al lado del pobre.
Así, la expresión “Bienaventurados los pobres”, se entiende mejor desde la malaventuranza “¡Ay de vosotros ricos! Porque ya tenéis vuestro consuelo”… pero nos da miedo contemplar la bienaventuranza junto a los ayes, junto a las malaventuranzas. Es posible que prefiramos ver a los pobres y a la pobreza como algo natural y no vinculada a la acumulación y derroche de los ricos. Pero esta acumulación y riqueza es, bíblicamente, la causa incontrovertible de la pobreza. “La escasez del pobre está en la mesa de los ricos” es la dura verdad que afirma la Biblia.

Pero queremos seguirte, Jesús. Queremos ir, aunque sea muy poquito a poquito, acercando el reino de Dios y sus valores, el Reino que irrumpe en este mundo con la figura de Jesús, un reino que mete a los pobres y proscritos en su banquete, que pone a los últimos los primeros haciendo una inversión de valores necesaria en el mundo hoy, que busca justicia, que restituye al agraviado, que sana a los quebrantados, que libera a los oprimidos y a los injustamente encarcelados. También a los encarcelados detrás de las rejas de la pobreza por la injusticia y la falta de misericordia humanas. El gran escándalo que llena de negruras y de vergüenza toda la historia de la humanidad, el escándalo que hizo a Jesús una frase a manera de lamento por la fuerza del robo y la injusticia humana: “A los pobres siempre los tendréis con vosotros”.


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