Ser o no ser

La mayor grandeza que el hombre puede experimentar es la aceptación del misterio. Estamos acostumbrados a lo inmediato, a lo palpable sin percatarnos que existe una realidad por encima de lo que fácilmente se puede percibir.
Sencillamente, es mas fácil dejarse llevar por la corriente y vivir la vida de la forma que siempre acostumbramos ver a nuestro alrededor: lo que la gente piensa, lo que hace, reír los mismos chistes, hacer las mismas bromas, odiar al mismo enemigo y amar al mismo amigo... así la vida es mas fácil y se evitan desilusiones y fracasos.
 Recuerdo que en mis tiempos de colegio la profesora sorpresivamente nos hacia alguna pregunta sobre alguna de las materias y todos nos quedábamos fríos, sin decir palabra esperando que alguno tomara la iniciativa o que otro hablara por todos. Era mas fácil esperar que alguien tomara la iniciativa para luego sumarnos al comentario o criticarlo.
 Todos tenemos una forma única, original de ver y vivir la vida; dos personas podemos estar viendo en la misma dirección y percibiendo dos cosas totalmente distintas ¿por qué dejar que otro piense por mi?
Muchos sueños frustrados, desilusiones, fracasos, desilusiones...se deben a que no tuvimos la valentía de “tomar al toro por los cuernos” y sacar adelante nuestros proyectos, somos cobardes y muchas veces preferimos tomar el camino fácil convirtiendo en credo aquello de que “mas vale lo viejo conocido, que lo nuevo por conocer”. Así pasamos la vida, dejándonos arrastrar por la corriente apegados a lo material e inmediato de la vida, nunca nos equivocamos, ni nos caemos porque ni siquiera emprendemos una tarea. Es mas fácil ser el obrero que el maestro constructor, así si hay alguna falla, esta será del maestro y no mía.

Todos los días vemos en los periódicos, como se propaga la violencia, la drogadicción, la corrupción y otros males sociales, nos acostumbramos al mismo panorama, y lo empezamos a asumir como algo normal, y si hoy fueron quince muertos, tranquilo; quizás mañana sean solo diez. El mundo de hoy necesita gente que se sienta interpelada por la realidad en que vive, pero que no se quede en eso; sino, actué social y políticamente a favor de esa realidad. Para esto se necesita ser valiente, creer que se puede aunque muchos crean que es imposible. Ser un soñador; un hombre sin sueños es un hombre sin esperanzas. Somos los responsables de sacar a la luz del mundo y de gritar lo que no nos parece, o disgusta, criticarlo, denunciarlo, eliminarlo...es necesario atreverse a nadar contra la corriente, introducirnos a lo desconocido, en fin ser o no ser.

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